miércoles, 22 de febrero de 2012

Reflexiones

         Acabo de recibir un correo de una amiga, en el que se habla de la edad, del paso del tiempo, de cómo deberíamos vivir la vida que nos queda cuando se llega a cierta edad.
         Este correo, junto con un libro que acabo de leer, me há dado pie para reflexionar y escribir esta nueva entrada.
         Como casi siempre en los correos que nos llegan "via internet", las frases son "grandilocuéntes" y los pensamientos se quedan en sólo eso en pensamientos y las frases en frases que nadie llevamos a la práctica.
         Como os he dicho antes acabo de leer un libro en el que se nos habla de esas mujeres en edad "invisible". Seguramente más de una os estareís preguntando.. ¿qué edad es esa? ....Pues bien, a grandes rasgos os lo voy a explicar:
         La autora de libro sitúa en esta edad a mujeres ni jóvenes, ni viejas, mujeres que están, en un estado intermedio de la vida, donde la juventud se diluye ó desenfoca poco a poco y la vejez comienza a ganar terreno y a colarse por las esquinas de los espejos.
        He reflexionado sobre esto, y el resultado es que yo me encuentro en esta "edad invisible", pero he aquí que en vez de llevarme un "mal trago", me encuentro tan a gusto y para nada echo de menos edades pasadas.
       En esta edad que yo tengo y que seguramente alguna de las que me seguis estaréis en la misma o alrededor de ella, opinareís que son muchas las cosas que podemos hacer todavía y algunas mucho mejor que antes.
       Yo creo que a esta edad nos encontramos más desinhibidas a la hora de se nosotras mismas, que actúamos con la seguridad que por supuesto nos hán dado los años y sobretodo somos más "seléctivas" . Con lo cuál es un logro a la hora de poder escoger cualquier cosa que queramos hacer.
     Nos pasamos la vida aprendiendo a luchar, a ganar, a competir, a ser las mejores ó por lo menos a intentarlo, pero nadie nos enseña a retirarnos. El camino hacia la vejez y el adios es en solitario, todos lo aprendemos por sí solos.
 Pero a mi modo de ver es un camino que todos debemos asumir.
 Para muchas personas el llegar a la "jubilación" es una tremenda tristeza, sin embargo para otras es un verdadero descanso y un poder hacer muchas de esas cosas que anteriormente no podías.
 Por lo que a mí respecta, os diré que mi vida no es para nada aburrida, y que siempre tengo cosas que hacer, como por ejemplo lo que estoy haciendo en estos momentos:ESCRIBIR, algo impensable tiempos atras, algo que jamás se me había ocurrido.
  Así que a todas estas MUJERES, que como yo nos encontramos en esta "edad invisible" deciros que todavía nos podemos dejar ver, sentir y tocar, que tenemos capacidad de amar y ser amadas, y que queridas todas,... que todavía nos quedan muchos años por delante.

jueves, 16 de febrero de 2012

De nuevo en "CASA".

Acabados estos días de "relax" y "disfrute" me incorporo de nuevo a los quehaceres rutinarios.
  Os diré que he pasado unos días en la Costa Levantina, concretamente en la provincia de Alicante.
   Hacía "tai tantos" años que no pisaba esta parte de la costa, concretamente sería allá por el 78 ó 79, no así la provincia de Castellón y Valencia a las cuales he vuelto algún que otro verano concretamente a Alcoceber, Cullera y Gandía.
  La verdad es, que me hacía ilusión volver, en primer lugar porque en este tiempo, y con el frío que teníamos aquí , de salir había que buscar sitios más cálidos..., en segundo lugar porque cuando se llega a "cierta edad", gusta rememorar tiempos pasados y quizás mirarlos con cierta nostalgia.
 Ya en la autopista de Valencia, pasada esta ciudad el paisaje que te encuentras son montañas llenas de casas que desde la autopista parecen "cajitas de cerillas" apiñadas y alguna más grande sobresaliendo en la última "pinganeta", así esta el paisaje de pueblos como Denia, Játiva, Cullera, Oliva y Gandía entre alguna población que me dejo.
Mis pensamientos eran: ¿Es posible que hayan venido tantos "guiris" a ocuparlas? porque me imagino que los que somos producto nacional, no se nos ocurre invertir dinero para marcharnos a un momte que no tiene siquiera vegetación (excepto matorral bajo) y donde pasar el verano allí tiene que ser una Odisea con lo que debe de caer (el sol de plano)... , encima el mar, como no sea con prismáticos no lo ven y puestos a movilidad tienen que depender del coche para todo. En fin que para gustos estan los colores, pero eso para mí no es lo que se dice "Calidad de Vida".
Uno de los primeros pueblos a los que volvimos fué Altea, población en la que estuvimos acampados hace "tai tantos" y que tan buenos recuerdos  nos traía. Estuvimos mirando el camping dónde habíamos estado acampados, en su lugar habían construído un precioso hotel el "cap negret". Recorde nuestra acampada, con una canadiense debajo de un limonero, al cual no tenía nada más que alargar el brazo y coger los limones que me servían para aderezar los mejillones al vapor que hacíamos con un mínimo "menage" y un "camping gas".
En Altea volvimos a recorrer el "pueblo antiguo" con sus enormes "cuestas" y luego nos sentamos en una terracica en su estupendo Paseo marítimo. Tengo que decir que Altea no tiene playa de arena, lo que hay son "cantos rodados", con lo cual tan apenas se puede andar del daño que hacen los pies. De todas las maneras merece ser visitado este pueblo que aunque sí,que hán construído y mucho, tiene su encanto.
 Otros pueblos a los que también fuimos fueron Calpe e Ifach con su peñon, allí hace unos años los principes de Asturias inauguraron un paseo Botánico por el que se accede hasta la misma punta del peñon. Hasta allí fuimos pese al frío que hacía.
En otro momento nos acercamos a San Juan de Alicant con su magnífica playa, grandísima y preciosa.
También estuvimos en El Campello, pueblecico este mucho más pequeño que los anteriores, allí recordamos a nuestros amigos Amaya y Agustín.
  Ya por fin, Benidorm. De este que os voy a contar que no hayaís visto y oido, sus grandes torres que puestos a mirar, acabas con las "cervicales" doloridas de tanto mirar hacia arriba .. , su famoso mirador desde donde se puede ver una panorámica preciosa con la playa de Levante y la de Poniente una a cada lado, su casco antiguo muy bien cuidado y muy limpio, sus hoteles, cafeterías y demás sitios de ocio, todo en abundancia.
En estas fechas se estaba muy bien porque podías pasear tránquilamente por todos lados, sin aglomeraciónes, pero según me dijeron hay cantidad de apartamentos sin vender, con lo cuál allí también ha llegado la crisis y seguramente en mayor medida. La "burbuja inmobiliaria" allí ha tocado fondo.
 Cuando me pongo a pensar, me digo: "mira, que esta mal repartido el mundo" aquí pueblos que adolecen y se mueren por falta de habitantes y otros que han crecido tanto que se hán convertido en verdaderos "monstruos " de cemento. Pero este es otro tema que no voy a tocar.
La  vuelta a nuestra Zaragoza la hicimos en vez de por la autovía Mudejar por la nacional de Alcañiz. En nuestro recorrido por la parte de Castellón, pudimos ver bastantes "masías" abandonadas y otras las menos dedicadas a "turismo rural".
Paramos en Morella, pueblo precioso, totalemnte amurallado y al que tenemos que volver para recorrerlo más despacio.
Pasamos por pueblos conocidos a través de haberselos oído nombrar a nuestros amigos Gema y Antón , pueblos como Monroyo y Torrecilla de Alcañiz, hubiesemos querido ir a Torre del Compte, pero aunque en la carretera no había nieve, estaba todo helado y en las cunetas todavía no se había deshecho, con lo cuál. lo dejamos para otra ocasión.
Bueno, como veís, he hecho un "resumen" de este viaje, un viaje que después de dos años de entrar y salir de "hospitales" nos ha hecho mucha ilusión y del cuál hemos disfrutado todo lo que hemos podido, en especial Arantxa.
Espero que no os haya aburrido con mi relato, no ha sido esa mi intención, sino al revés, simplemente he querido compartir con los que me leeís parte de unas vivencias que aunque mál contadas lo he hecho con mucho cariño. Saludos.