viernes, 21 de octubre de 2011

A mi padre.

El 1 de Noviembre se cumplen 40 años del fallecimiento de Eduardo Ungría (mi padre). Sirvan estas líneas para rendirle mi pequeño homenaje.

        Queridisimo padre: ¡Cuánto tiempo ha pasado desde que te fuiste!, sin embargo te puedo asegurar que no ha pasado un sólo día en el que no te haya recordado.

         Fueron suficientes 3 meses para que la enfermedad te apartase de nuestro lado. Luchaste hasta el último momento con la esperanza de que llegase esa medicación con la que te ibas a curar.

         Mis recuerdos contigo son tantos que voy a enumerarte alguno de los momentos que pase contigo .....

-Recuerdo aquellos cuentos que tú te inventabas y nos contabas a mi hermana y a mí, donde nosotras éramos las protagonistas.
- Recuerdo aquellas noches de Reyes las cuales tú vivías con tanta ó más ilusión que nosotras.
-Recuerdo los patines que nos regalaste y para que aprendiesemos a patinar nos pusites en el salón del baile una cuerda de extremo a extremo para poder agarrarnos.
-Recuerdo el tocadiscos que me compraste un año para Navidad y cuando llegue de vacaciones lo pusiste a toda pastilla para que lo escuchase desde la calle.
Recuerdo aquella vez que cogiendo caracoles en la "mejana", al levantar una piedra nos encontramos con una culebra y tú la cogiste y la dejaste otra vez suelta.
-Recuerdo otro día que habías cogido un lagarto y me lo pusiste en el cajón de los cuentos, seguro  de que cuando llegase a casa iba a abrir el cajón y el susto iba a ser "morrocotudo" como así fué.
- Recuerdo cuánto te gustaban los programas de Felix Rodriguez de la Fuente y como disfrutabas viéndolos, lo que pasa es que fué por muy poco tiempo.
      Así podría estar durante muicho tiempo, pero no es cuestión de alargarme ....

Fuiste un padre que derrochabas alegría con los que te rodeaban, yo creo que la tristeza te la guardabas para tí.

   Lo que más siento es que con el "abuelo" que hubieras sido no pudieses ejercer como tal.
¿Te acuerdas un día que estando  ya muy malico estaba tejiendo mi madre unas boticas de lana para lo que viniese... y dijiste "estas botas son para el futbolista"?....  bueno, pues te tengo que decir que lo que vino al mundo al mes siguiente de haberte ido tú,  concretamente el 25 de Diciembre, fué una niña preciosa (las monjas de la clínica decían que esa noche allí había nacido un niño Jesús) así fué. Un niño no, una niña a la que llamamos Arantxa. Te fuiste tú y nos llego un cariño igual de grande. La hubieras querido como tú sabías hacerlo y como lo hicieron sus abuelos que la conocieron y convivieron con ella  ya que hubieran dado su vida.

Al año siguinte nacio, esta vez sí, un niño: Juan Eduardo . Algunos me dicen que se parece bastante a tí. Años más tarde nació mi sobrino Sergio. A los dos los hubieses querido de la misma manera, aunque nosotras sin que ellos te hayan conocido les hemos inculcado todo el cariño que te tenemos. Los dos son buenos chicos y hemos procurado enseñarles los valores que tú nos enseñaste a nosotras.

He tenido a lo largo de estos 40 años momentos muy duros y gracias a los que me rodean y sobre todo a mi madre que me he apoyado en todo momento he podido superar.

 Sé que también te dí algun disgustillo que otro, desde aquí te pido "perdón" aunque de antemano sé que ya estoy perdonada, tenías la virtud de no ser nada "rencoroso", sólo el "pronto" del momento y enseguida se te había pasado.

  Para terminar decirte que me mandes toda la fuerza que me puedas dar para seguir viviendo porque ya sabes que aquí tengo personas que me necesitan y como tú decías "libranos Señor del  día de las alabanzas".
 
Muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos  besos.

                                                 Tu hija.

13 comentarios:

  1. Me has hecho llorar de emoción,también siento ese amor tan grande por mi padre También le dí algunos disgustos que no he podido reparar, pero como dices cincovillesa, seguro que ya nos han perdonado.Gracias, por compartir tus recuerdos Seguro que te enviará fuerza desde donde quiera que esté.Besos.

    ResponderEliminar
  2. Hoy querida prima me has hecho llorar: cuánto se parecían nuestros padres!! y no solo físicamente. Si ya sé, por algo eran hermanos! Por eso se que te habrá perdonado esas pequeñas cosas y que te está mandando fuerza y energía. De sus nietos, no me cabe duda de que allí donde está se siente muy orgulloso.
    Y de tu madre, qué decir, siempre ahí apoyándoos con ese buen humor que la caracteriza. Madre y abuela entregada, siempre la recuerdo en la galería escuchando la radio mientras cosía alguna cosa.
    Yo creo que el mejor y más valioso tesoro que tenemos es la familia. Besos. Elena

    ResponderEliminar
  3. Permanece bien vivo,en vuestra memoria y en vuestros corazones.
    yo no aspiraria a mas de los mios.
    un abrazo fuerte.Javier

    ResponderEliminar
  4. Desde siempre me ha costado mucho recordar momentos “estelares” de mi infancia. A menudo tengo que esforzarme en rescatar esos flashes que conforman instantes, seguramente deformados por la memoria, que me ayudan a elaborar un personal relato de mis primeros años. Y no es casualidad que muchos de ellos van unidos a la figura de tío Eduardo.

    40 años ya, y como tú dices, Manoli, qué presente ha estado siempre. Pero permíteme, prima, que esta vez personalice, monopolice, y egoístamente hable de mi tío Eduardo. No de tu padre. Quiero decir con este sinsentido que me voy a centrar de forma unilateral en mi relación con él.

    Acababa de cumplir los 12 años. Mi tío era una de las personas que yo más quería. Me sentía el sobrino predilecto, el hijo que no tuvo. Sus regalos eran especialmente generosos. En su escaso tiempo libre recuerdo llevarme en su Citroen, sentado en sus piernas, dejándome manejar el volante. Si se enteraba mi madre. Con qué emoción le observaba al regresar de la caza con sus perdices y sus perros. Qué lloros a la muerte de uno de ellos, Sultán. Mi tío Eduardo representaba un mundo mágico absolutamente distinto a la rutina familiar habitual. Me recuerdo compungido tratando de resolver el dilema de a quién quería más, a mi padre o a mi tío. Había seguido con pena y preocupación su enfermedad y pese a todo… Fue el primer desgarro, la primera experiencia dolorosa que anunciaba el mundo adulto y el abandono de la inocente y feliz infancia en la que tío Eduardo, sin duda, había protagonizado los mejores momentos.

    Precisamente agarrándome a esa inocencia infantil, me recuerdo de rodillas en el segundo banco de la iglesia de Erla, dos horas antes del funeral recitando repetidamente entre lágrimas padresnuestros y avesmarías en un intento de, por qué no, se hiciera el milagro. Ahora, pudorosamente, siento ternura por ese niño que era y esa primera confrontación con una fe que no sólo le defraudó; ni siquiera le sirvió de consuelo.

    Ya nada fue igual. Casa Miguel Ungría, el Casino, mis primas, tía Rosa, el viaje a Erla. Poco a poco el mundo mágico de la infancia se fue desdibujando hasta desaparecer. Visto con la perspectiva del tiempo creo no exagerar si reconozco que en la vertiginosa superación de etapas que en el fondo es la vida, la muerte de mi tío Eduardo fue un hito, un mojón en la ruta y sobre todo una referencia en la memoria.

    40 años, tío; y parece ayer.

    Alfonso

    ResponderEliminar
  5. Y sin embargo, en mi opinión, vuestro tío, vuestro padre, está ahí al lado, en otra dimensión, os observa, os escucha y sonríe al leer vuestras declaraciones de amor. Dios no puede, no debe hacer milagros, no sería justo, pero puede dar consuelo, dar respuestas, descubrir sentimientos, cuando se le piden con sencillez, amor y sinceridad. Perdonad mi atrevimiento por entrar en vuestros recuerdos y en vuestro dolor. Besos

    ResponderEliminar
  6. Alfonso,me consta que ese sentimiento de amor hacia tu tío, se ha reeditado en el que sientes hacia tu prima,como también me consta que es recíproco.Quiero creer,como dice Tempestad,que las personas a las que hemos querido tanto siguen a nuestro lado,nos sienten y las sentimos.Si es así sabrán que nuestra vida entera es un homenaje a su memoria,porque no nos hemos desviado de lo que ellos nos enseñaron.En mi caso,"ASTÚN" es un claro homenaje a mi querida madre y a todo lo que luchó para sacarnos adelante.

    ResponderEliminar
  7. Muchisimas Gracias a todos por vuestros comentarios. Sé que se lo debía y no sólo esto sino mucho más.... porque sé que lo habeís entendido, porque necesitaba decir lo que llevaba dentro y porque a todos nos ha tocado sufrir la perdida de una persona querida sé que lo habreís comprendido .... Muchos besos a todos.

    ResponderEliminar
  8. Muy emotivo el homenaje que le haces a tu padre. También a mi me apena mucho lo que dices de que no conoció a sus nietos. Supongo que fallecería joven, una lastima
    24 de octubre de 2011 16:31

    ResponderEliminar
  9. Astún dijo...
    ¡¡¡PRECIOSO,PRECIOSO,PRECIOSO!!!
    21 de octubre de 2011 19:35

    ResponderEliminar
  10. Astún dijo...
    El parecido de tu padre con Juan Eduardo es asombroso.
    22 de octubre de 2011 12:28

    ResponderEliminar
  11. Cincovilles,ya has dado un paso adelante...,sólo falta completar el trabajo.

    ResponderEliminar
  12. ¡¡¡POR FIN!!! ¡¡¡ENHORABUENA!!!

    ResponderEliminar
  13. estos aniversarios son tristes.Un abrazo y mis oraciones para ti y los tuyos.
    Javier

    ResponderEliminar